Los deportes como medio socializador.

El deporte es un excelente instrumento y vehículo de socialización, posibilitando la integración social de personas en riesgo de exclusión social y facilitando la prevención en colectivos marginales y de desfavorecidos.
Las actividades físicas y los juegos motrices se convierten en una herramienta educativa y terapéutica en personas con discapacidad.
El deporte es hoy día uno de los fenómenos sociales más relevantes de nuestra cultura, siendo la forma más común de entender la actividad física en nuestra sociedad. Sin embargo la práctica deportiva responde tradicionalmente a planteamientos competitivos y selectivos que no siempre son compatibles con las intenciones educativas del currículo escolar.

Mediante el deporte, el alumno consigue una superación y motivación para lograr sus metas que le servirá también en otros ámbitos, además, mediante el juego, conseguiremos la ya mencionada socialización de todos los niños.
La actividad deportiva se configura por un grupo de acciones encaminadas a alcanzar el objetivo consciente e inmediato. Al participar el estudiante-atleta, entra en cooperación con los compañeros del equipo, en un proceso de intercambio mutuo, aparece la necesidad de existencia de una interacción perenne no solo con el objeto, sino también con el mundo circundante. 

En este vínculo con los demás a través de la participación, tiene determinada orientación y se establecen las relaciones interpersonales socialmente condicionadas en el colectivo deportivo, donde las actitudes se estructuran sobre la base de una seguridad total y de comunicación en el proceso de la actividad socialmente necesaria.

    Esta refleja los valores culturales básicos del marco sociocultural de nuestra nación y por tanto actúa como transmisora de esa cultura. A través de la actividad deportiva, se desarrollan nuevas necesidades, intereses y motivos, en ellas se crean sentimientos y se fortalecen las convicciones, pues el valor educativo de esta, no se circunscribe a la formación de cualidades objetivamente vinculadas a alcanzar los éxitos de los reclamos deportivos, es aún más, con sus exigencias y dinamismo pueden evolucionar también los psicomorales; se condicionan por su carácter social valiosas cualidades morales, siendo múltiples los valores que pueden formarse, máxime si se acompañan de temas transversales, durante el proceso.

Hay que lograr mediante la comunicación que el estudiante-atleta aprenda a: escuchar, criticar, intercambiar, ser afectivo, cooperativo, mostrarse dispuesto; muestre seguridad y confianza, sentirse parte del colectivo deportivo. Este aprendizaje debe ser desarrollador, enriquecido en los espacios de interrelación, en un proceso integrador, coherente, participativo y comprometido. Percibir una imagen y visión anticipada del estudiante atleta, el modelo que se quiere formar, debe fundamentarse en un pensamiento estratégico pedagógico innovador, afianzado en una base ética, donde el concepto participación sea real, efectivo y no aparente, pues participar no es solo asistir a una actividad, decir algo, no, hay que enseñar que, es esencialmente incidir en la realidad, donde tomen decisiones, ser ente activo de la determinación del Proyecto educativo en el que él está insertado. Su participación real supone modificaciones.

La competencia, permite conocer y desarrollar el espíritu de superación, ella en sí deviene en valores de igualdad, justicia, responsabilidad, ayuda mutua, expresa en fin, el colectivismo en su máxima creación. De ahí la importancia de la competencia como agente socializador, por ser el vehículo más dinámico con la comunidad, donde la relación individuo - colectivo - sociedad, se pone de manifiesto, y el estudiante- atleta se siente partícipe, protagonista, desde su identidad al cumplimiento del objetivo final. Si no se agotan todas las posibilidades que brinda la competencia desde el punto de vista axiológico, sería necesaria pero no suficiente para la formación general integral del estudiante-atleta.

La forma de actuar en cada situación concreta, determina el grado de satisfacción de la educación adquirida. Cumplir con estas exigencias significa proceder metodológicamente dentro de la lógica estructuración de la dirección del proceso de educación en valores en la escuela deportiva.


CITA BIBLIOGRÁFICA: Giaquinta García, J. (2015). Satisfacción y calidad percibida de las participantes en las actividades extraescolares y escuelas deportivas de la ciudad de Soria.

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